¿Quieres dar un toque sofisticado a las estancias de tu hogar? Una de las posibilidades para lograrlo es mediante la pintura de pared.
En lugar de optar por paredes monocromáticas y lisas, hay ciertas técnicas que permiten disfrutar de un acabado diferente. El efecto que se persigue es el de dotar la superficie de textura.
Mediante este artículo queremos hablarte de tres de esas técnicas: el craquelado, el degradado y el esponjado.
El craquelado o falsa sensación de antiguo
Cuando hablamos del craquelado nos referimos al efecto de pared antigua o desconchada. Esta impresión de pintura se consigue jugando con el tiempo de secado. ¿Qué materiales necesitas? Tan solo látex satinado oscuro, látex mate claro, resincola y un secador.
Recomendamos combinarlo con una decoración de interiores de estilo industrial.
Explora las posibilidades de las pinturas de pared mediante el degradado
El degradado consiste en hacer una transición de un color a otro.
Hay quienes se decantan por un difuminado en varios tonos de una misma gama de color. En cambio, para un efecto más rompedor, se puede hacer un degradado a blanco.
Por lo general, el difuminado suele efectuarse en horizontal, haciendo coincidir el color claro con la parte superior de la pared hasta fundirse con el techo.
La importancia de la aplicación en el esponjado
Como última técnica hablaremos del esponjado. Llevarlo a cabo es tan sencillo como escoger una esponja para aplicar la pintura. Esta puede ser de origen vegetal.
Un truco para conseguir un efecto metalizado es combinar dos pinturas del mismo tono en mate y brillo. O también se pueden alternar en franjas verticales, como si se tratara de papel pintado.
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